Hace unos meses, la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), en pleno debate de la ILP, decidió distribuir pegatinas con el lema «Stop Desahucios» a través de la revista Pronto. Recuerdo perfectamente que cuando salió la revista, muchos de los colectivos de «indignados» estaban escandalizados por ello e hicieron «rular» por la red (facebook, twitter) la foto de la revista con las pegatinas, al tiempo que clamaban contra la revista Pronto por supuestamente banalizar una lucha social muy seria. Paradójicamente, poco después, Ada Colau anunció que colaboraría semanalmente con la revista, atendiendo una sección de consultas sobre hipotecas, desahucios, etc. Justificó esa decisión diciendo que los lectores de la revista Pronto pertenecían a un sector social al que las problemáticas que defiende la PAH seguramente le eran muy familiares y que, por tanto, era una manera de poder atender sus dudas y además podría servir para movilizar a ese sector (señoras de clases populares, de Santa Coloma, del Hospi o de Vallecas, sin formación superior, ni másteres, ni idiomas, muchas probablemente amas de casa o fregadoras de escaleras). Más tarde, Ada Colau acudió (y ha acudido más de una vez) al programa de telecinco El Gran Debate a explicar los motivos de la lucha que lleva a cabo la gente de la PAH.
Zas! en toda la boca a los colectivos de alternativos «rebelde-way» de clase media, que hasta hace 2 días pensaban que el mundo y el sistema capitalista eran maravillosos y que bueno sí, ahora han «despertado», que ya es algo. Pero claro, lo han hecho cuando les han tocado a ellos su posición en la escala social y los han mandado un poquito hacia abajo y los han puesto al lado de esa clase social a la que supuestamente defienden, pero con la que no se quieren «ajuntar» demasiado, porque por favor, ellos tienen más clase, tienen carreras, se han ido de erasmus, no ven la tele, consumen solo ocio de teatro y ven cine indie y hacen todas esas cosas que marcan una posición de clase social (aunque paradójicamente ellos parezcan no ser conscientes)… Pero bueno, han despertado, ya es algo.
Da un poco de rabia cuando esta gente, que suele enarbolar la voz de las clases bajas en sus luchas sociales, miran por encima del hombro a los currelas y a las chonis y echan pestes de todo lo que suelen hacer y decir estos, sobre todo, en relación al ocio: la telebasura, el fútbol, la música comercial, el botellón, las macrodiscotecas, etc. etc. Estamos de acuerdo que la televisión y todas esas cosas son herramientas para idiotizar a las masas. También es cierto que una de las «gracias» del sistema es que provoca que los más pobres y explotados casi no tengan ni tiempo de pensar y de hacer algo más allá que sobrevivir en su asfixiante día a día. Eso no les exime de no luchar, está claro. Pero es que no sé si esta clase media tan alternativa se avendría a que en las manis se sumaran chonis, ‘nengs’ e inmigrantes. Por cierto, ¿alguien los ha visto en las manis? ¿Alguien de estos colectivos se ha preguntado por qué en las manis no está presente la clase baja? ¿A alguien le preocupa esto? ¿O es mejor que no se nos ajunten, no vaya a ser que «manchen» o desprestigien la causa? Vuelve a pasar lo de siempre en estos casos y que por ejemplo, en temas de inmigración lo vemos repetidamente: lo de confundir la consecuencia con la causa. Es el rollo aquel de la profecía autocumplida. Una cosa es que el sistema trate de idiotizar a las masas y que cree gente de clase baja, sin formación y de cultura e intereses populares (no me gusta este término «popular», pero creo que se me entiende). Otra cosa es pensar que esa gente es idiota y por tanto, despreciable e inferior per se.
Si existe algún lector asiduo al blog (…bola del oeste…), ya sabrá que este tema del estigma clasista hacia la clase baja por parte de colectivos y sectores sociales que dicen luchar contra eso, es algo que me quema bastante. Que conste que no son todos así y que además siempre me sabe mal expresar esta especie de resentimiento (que reconozco que es más bien visceral, emocional y poco reflexivo), pues muchos de mis amigos, compañeros de universidad, etc. pertenecen a esta clase social y están envueltos en colectivos de estos «militantes» (o «activistas», que es más cool) que antes se llamaban de progres y que hoy se llaman de izquierda o incluso de extrema izquierda (donde también hay mucho señorito de casa mediobien). Incluso yo misma, que siempre digo que me identifico con esta clase baja, que es de la que provengo, tampoco soy un «especimen» paradigmático, y me lo podrían echar en cara tanto muchos de este sector alternativo vinculado a los movimientos sociales como excolegas de la escuela, excompañeros de curro, vecinos o familiares. Sin embargo, no sé por qué pero esto de ser de clase baja es algo que se lleva escrito en la cara y te lo huelen los de las medianías a cien leguas. Pero, bueno, ¿y qué pasa?¿eh?
Todo esto viene porque el 14 de julio pasado se publicó en Kaos en la Red un magnífico artículo escrito por Nega, el rapero de Los Chikos del Maíz y que venía en respuesta a un escrito previo de Pablo Iglesias de La Tuerka, una de las cabezas «mediáticas» de esto que se llama «movimientos sociales». Justamente Nega habla sobre esto y lo denuncia con la intención de dar un toque de atención y reivindicar que en la lucha debemos estar todos incluídos y no excluir a los excluidos. El propio sistema capitalista con su ideología para la clase media (masas) ha despojado a la clase obrera del componente «obrero», que es lo que la aglutinaría a toda, y no debemos caer en su trampa. Pongo el link del artículo, es larguito, pero vale la pena detenerse a leerlo. En realidad, esta entrada de hoy era para introducir el artículo de Nega, pero como siempre me enrollo como las persianas… sorry…
P.D.: Perdón por la chapa despotricante que contiene la entrada, hoy tocaba blog en modo «terapia antirábica total»… es un alivio tener esto para escribir… si alguien lee esto, espero comprenda el uso que a menudo le doy al blog.